Saturday, April 27, 2013

UN PASADO DIFERENTE VI: TECNOLOGÍA PERDIDA.

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¿Computadoras en la antigüedad? Aunque nunca se ha encontrado un aparato electrónico, tal como nuestras computadoras actuales, sí tenemos desperdigados por el mundo máquinas y códigos subyacentes que nos indican que existió una tecnología muy avanzada, de una civilización superior hoy desaparecida, en tiempos lejanos que explicarían el gran desarrollo que algunos pueblos alcanzaron.
¿Qué pasaría sí las máquinas y equipos manuales que se han encontrado, que funcionaban como computadoras, hubiesen estado inspirados en máquinas eléctricas o electrónicas que pudieron haber existido en número limitado en un pasado remoto? Máquinas que se desintegraron muy rápidamente después de que fueron abandonadas y que luego sirvieron de modelo a nuestros antepasados, quienes reemplazaron la falta de energía eléctrica por energía mecánica o manual.
Estas computadoras eran físicamente poco resistentes, por lo que la prueba material de su existencia desapareció; pero, hubo algo que sí resistía el paso del tiempo, la parte que no se podía tocar: el software. Y puesto que esto es lo que había sobrevivido fue sobre el software que nuestros ancestros comenzaron a trabajar, a reproducirlo.  
Es entonces que diversos grupos de nativos alrededor del mundo hicieron con las computadoras lo mismo que habían hecho con tantas otras cosas que habían visto en aquella civilización superior: se decidieron a reproducirlas. Esto no era algo nuevo, los nativos ya lo habían hecho con trajes, con las formas de los cráneos, con el idioma, con las construcciones,  con ritos sagrados, con la astronomía, y la lista continúa. 
De esta forma con engranajes, señalizaciones, códigos y grabados hicieron posible volver a hacer funcionar computadoras que no utilizaban energía eléctrica, pero que igualmente cumplieron su propósito el cual era correr algoritmos que permitieran resolver problemas o bien almacenar información. Se basaron para reconstruir las computadoras en partes de libros, anotaciones, enseñanzas ancestrales, no tenían todo lo necesario para reproducirlas tal cual habían existido antes, pero lograron reunir la suficiente información para dar origen a una nueva tecnología, un híbrido entre las poderosas computadoras que habían funcionado antes y las que ellos habían logrado construir.  Esa nueva tecnología eran los khipus, la yupana, los calendarios astronómicos y las máquinas sumamente sofisticadas como el mecanismo de Anticitera.
Los imperios herederos en los Andes de esta civilización superior, desaparecida misteriosamente, aunque conocían muchas partes dispersas de esa tecnología altamente evolucionada, desconocían otras que se habían borrado definitivamente de su memoria o que simplemente nunca supieron como reproducir, por ejemplo: energía eléctrica.
¿Deberíamos de extrañarnos que el litio, el metal por excelencia para hacer acumuladores de energía, es abundante en los Andes?    
Esta cultura primigenia, muy avanzada, fue la que fundó Tiahuanaco. Utilizaba computadoras y software muy avanzados;  escogieron a Tiahuanaco no solo por su particular posición geográfica, lo hicieron también por las abundantes concentraciones de litio y otros metales, las llamadas ‘tierras raras’, que tenían a su disposición; esto les  hubiese permitido, no solo fabricar computadoras, sino también, baterías de litio, resolviendo así el suministro de energía a sus máquinas. 
Tiahuanaco primero y el imperio inca después tuvieron a su disposición una posición geográfica privilegiada, estaban en la cima del mundo y desde allí era más fácil controlarlo todo,  y también ir a todas partes. ¿Estaban incomunicados? ¿Lejos de los centros de poder? o muy por el contrario podían moverse muy rápido hacia ellos. Hacia el frente estaba China, rica en ‘tierras raras’ y a su espalda, se podía alcanzar bajando desde los Andes, los grandes ríos y de allí al Atlántico para luego seguir las corrientes de agua hacia el África desde donde podían ir a Europa o la India.
Rastros de esta tecnología perdida en el imperio inca y en su antecesor el imperio Tiahuanaco son muchos: el aymara, idioma software; los khipus, con su tecnología binaria tridimensional; la yupana, la calculadora inca; y el software descriptado en la ‘Puerta del Sol’ de Tiahuanaco.

Todo esto solo pudo ser elaborado por potentes computadoras y son un indicativo claro de que existió en el pasado una tecnología que nuestra civilización ha olvidado y que ahora nos susurra su existencia. A lo mencionado tendríamos que agregar, algo que ya es un hecho y no una especulación, el mecanismo de Anticitera, reconocida por el mundo como una computadora mecánica fabricada 300 años antes que Jesucristo. Estamos pues ante ‘Un pasado diferente’. 

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